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y en los preparativos tardaron cuarenta días, pues eso es lo que se lleva embalsamar un cuerpo. Los egipcios, por su parte, lloraron la muerte de Jacob durante setenta días.

Pasados los días de duelo, José les dijo a los miembros de la corte del rey de Egipto:

—Si puedo pedirles un favor, yo les agradecería que le hablaran al rey por mí. Díganle que cuando mi padre estaba a punto de morir, me hizo jurarle que yo lo enterraría en su propia tumba, la cual está en Canaán. Pídanle que me deje ir a enterrar a mi padre, y que luego volveré.

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